
Posteriormente, se cubre con gelatina de petróleo y se protege con una gasa suave previamente esterilizada. Este procedimiento toma unos pocos minutos y se efectúa, casi siempre, durante las primeras horas de vida del niño (la mayoría de las veces, antes de que el bebé abandone el hospital donde nació). Según los especialistas, es necesario evitar el lavado del pene durante los primeros siete días después de la operación, pero al cabo de ese tiempo estará completamente sano.
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